Una de las preguntas más frecuentes que se escuchan a la hora de adquirir un carro es cual transmisión es la más idónea para nosotros, ya que para muchos esta característica representa un verdadero mito debido a la gran diversidad de opiniones que existen al respecto.
Algunos la prefieren automática por su facilidad de manejo suave y muy practico para personas con pocos conocimientos sobre manejo de autos. La diferencia básica y más importante entre conducir un vehículo automático y uno manual es que en el primero no hace uso del embrague o croche, ya que el cambio se efectúa de forma automática como su nombre lo indica, mientras que en el segundo también conocido como sincrónico, debe existir una perfecta sincronización entre el acelerador y el embrague, funcionalidad que resulta un poco mas difícil y engorrosa de aprender.
Existen ventajas y desventajas en cada una de estos tipos de transmisión, pero mucho depende de lo que a uno le gusta y las técnicas de manejo utilizadas por la persona, la principal diferencia en el comportamiento entre una transmisión y otra se refleja en el frenado con motor en pendientes, en donde el embrague de la transmisión manual tiene la ventaja de frenar la velocidad del vehículo. La transmisión manual puede no requerir el uso de los frenos en una pendiente pronunciada mientras que la transmisión automática siempre necesita un pie sobre el pedal del freno para mantener baja la velocidad.
Manejar con transmisión manual requiere de una perfecta toma de decisiones, para elegir efectivamente el engrane respectivo para llevar a cabo la acción, ya que el uso excesivo del acelerador provoca cargas de impacto muy severas al motor de el auto y provocar severos daños, siendo lo mas recomendado dejar que el tren motriz trabaje adecuadamente a su propio ritmo antes de pisar el acelerador a fondo. Si no estás sincronizado con el motor puedes perder el control y si observas que estás utilizando el embrague constantemente probablemente necesites cambiar de engrane.
Lo más importante es que cada uno de nosotros se sienta cómodo con el sistema de transmisión de nuestro carro, y que nos adaptemos perfecta y adecuadamente a su funcionamiento.