
Las Bujías, son uno de los elementos internos más
importantes para el buen funcionamiento del motor de nuestro auto, ya que este
pequeño artículo se encarga de transmitir la chispa de encendido dentro de
la cámara de combustión del propulsor.
Estos dispositivos, están elaborados con materiales
especiales altamente resistentes a las altas temperaturas, ya que las mismas
reciben un voltaje que viene de la bobina pasando por el distribuidor y
producen un arco de chispa eléctrica a lo largo del electrodo central que
enciende automáticamente la mezcla de aire y combustible que comprime al
pistón, proceso que se repite por cada pistón con el que cuente el auto para
obtener la energía mecánica necesaria que impulsa a el propulsor y mande la
fuerza generada al volante del cigüeñal, para que este a su vez se la transmita
a la caja de cambios encargada de generar la tracción que se envía a las
ruedas.
Para que este proceso se ejecute con perfecta sincronización
y permita un óptimo funcionamiento del motor de nuestro vehículo, Las Bujías deben presentar un perfecto
estado, para lo cual debemos estar especialmente atentos a las siguientes
recomendaciones:

- Las Bujías deben ser cambiadas en su totalidad cada vez que se le realice una entonación a nuestro motor, ya que estas sufren un fuerte desgaste debido a las condiciones de trabajo a las que son sometidas.
- Nunca debemos utilizar conjuntamente bujías nuevas con bujías usadas, ya que podríamos provocar un funcionamiento deficiente del motor, y afectará directamente el rendimiento del combustible.
- Debemos tener especial atención a utilizar específicamente las bujías correspondientes para nuestro auto, ya que de no ser así, podríamos alterar el sistema eléctrico que circula por nuestro motor.
- Es recomendable revisar por lo menos cada 3 meses las puntas o cabezas de las bujías, en busca de algún síntoma de mal funcionamiento, entre los cuales se pudiesen presentar: restos de aceite del motor, restos o capas de carbón, residuos de impurezas sobre el electrodo, quemado extremo o cortocircuitos, y pequeñas rupturas en la base principal de la cerámica o del electrodo de carga.
Todos y cada uno de estas anomalías, podrían perjudicar en gran medida el rendimiento de nuestro motor, por lo que debemos mantenernos extremadamente pendientes para evitar males mayores al corazón de nuestro valioso automóvil.